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Carta para vos- Para mi niñez

By 15 de agosto de 2021No Comments

15/08/21

Hola, como estas?

Hoy no quiero hablar con VOS, quiero hablarle a tu niñez y a la mía.

A esa época de nuestra vida donde todo era maravilloso y mágico.

Donde éramos felices con tan poco y con tanto a la vez.

Recuerdo mi niñez fue limitada económicamente hablando, pero tan rica en recursos que no la imagino de otro modo.

Salir por el campo a juntar hinojos para los conejos y volver con la mitad, porque la otra mitad me la había comido por el camino ja ja.

Jugar con los amigos del barrio armando pistas con terraplenes de tierra, a la escondida en el monte de cañas y juntar moras a la siesta y volver con la boca y la ropa manchadas.

No había tanto festejo del Día del niño en mi época ( y me siento un dinosaurio), pero la niñez misma era una fiesta.

Jugar hasta que el sol se ponía sin temor a nada, coser con trapos que le robaba a mi mamá (porque soy sincera, no se los pedía) la ropita para las muñecas.

Teníamos que ser creativos con pocos elementos pero organizábamos grandes juegos.

Mi cara sonriente lo dice todo, tuve una infancia feliz.

Me gustaba leer desde muy niña y me refugiaba en las aventuras de piratas y corsarios en la biblioteca cuando fui creciendo.

Amaba comer las zanahorias recién sacadas de la quinta, tener en mis brazos los conejos recién nacidos, juntar los huevos del gallinero y ver al loro flirtear con la lora de la vecina por el tejido.

Merendar con el mate cocido y los buñuelos con manzana que hacía mi madre, intercambiar con mi compañera de escuela los ñoquitos dulces por manzana y cenar harina con leche y caramelo.

No tenia idea que era una gaseosa ni una milanga, mucho menos una hamburguesa. En mi casa se comía guiso y puchero, tallarines con salsa y pastel de carne. No teníamos comida chatarra.

Recuerdo un año que mi mamá (después supe que era porque no tenía plata) me hizo a mi y a mi hermana una muñeca Pata larga, hecha de retazos y por supuesto, era negrita y con rulos como yo. Era tan bella!!!

Los viajes en tren con mi abuela era como ir a Disney (pero llegaban solo a San Genaro). Las tardes de pesca en el río Paraná y los domingos de picadito al lado de la autopista.

Tenía solo una muda de ropa para salir, que había que cuidar como oro; aunque por ser la menor siempre recibía algo mas que dejaban mis hermanas. (tenía suerte) .

Esa niña que fuí era tan feliz que nunca creció y sigue aquí, en mi pecho.

Y puedo decir que sigo siendo esa niña en un cuerpo adulto, me gusta caminar hasta el río y disfrutar de las pequeñas cosas que la vida me brinda.

Me siguen gustando los buñuelos (que hace mi madre) y recupere viajar en tren.

Trato de que la vida no me lleve puesta y me haga perder la sonrisa. A veces no es fácil, pero le pongo garra.

Hoy tengo mas de una muda de ropa (pero siempre uso la misma ja ja), una casa y una familia de que ocuparme, pero sigo disfrutando de la buena lectura de aventuras que me transportan a otros mundos y otros tiempos.

Sueño con dejarle a las infancias que vienen un mundo mejor, mas humano. Sueño con que todos los niños/as puedan sonreír como yo, hoy y siempre.

Pero sobre todo sueño con que vos no apagues la llama de ese niño eterno que todos llevamos dentro. Si está herido/a regalále un abrazo y decile cuánto los querés. Si se siente solo, quedáte a su lado y acompañalo. Si algo ha callado, canten juntos , expresen lo que sienten con alegría y amor.

Pero nunca, NUNCA , dejes que a ese niño/a que fuiste se le borre la sonrisa y las ganas de jugar y soñar.

«Sean como niños» dijo Jesús. Sé el adulto que tu niña/o espera de vos.

Feliz día a todos los seres que aun en cuerpos adultos, tienen el coraje de seguir siendo niños.

Como siempre, un gran abrazo

RITA