Hola, como estas?
Otro domingo mas que pasamos por esta vida… la estás viviendo?
Como decía una canción vivir y honrar la vida , no es lo mismo.
Hoy en día sentimos la necesidad de volver a la naturaleza y apreciamos la sombra y frescor de los árboles. Nos volvemos locos por sentir la brisa en la playa o subir una montaña.
Y hoy quiero poner el centro de atención en los árboles. Abrazar un árbol es sanador y reconfortante.
Sentarse a la sombra de un árbol no tiene precio. Una buena charla con amigos, una reflexión profunda si estamos solos, o simplemente contemplar el paisaje desde su protección.
Pero pocos árboles dejan al descubierto sus raíces, porque, justamente; son ellas las que lo ayudan a mantenerse de pie.
Mientras mas profundas sean las raíces, mas firme y alto puede crecer ese árbol. Y más seguridad nos proporciona.
Las veamos o no, las valoremos o no, las raíces están para sostenerlo.
Y por casa? Veo muchas publicaciones que hacen referencia al árbol y nuestros propios orígenes, nuestras familias y ancestros. Como vamos con la conciencia de las raíces?
Y no me refiero solo a armar un árbol genealógico para exhibir o investigar para ver que hicieron antes y tener a quien culpar de nuestros errores y desaciertos.
Se habla incluso de podar el árbol, como algo saludable y casi obligatorio.
En la ciudad los árboles los podamos porque interfieren con las luces y los cables, disminuyen la visión y aumentan la inseguridad.
Pero en el campo los árboles crecen libres, sus ramas se extienden mas allá de cualquier límite. Sin miedo y sin peligro. Crecen todo lo que sus raíces les permiten y abastecen.
Aunque también hemos visto, ante grandes vientos y tormentas, enormes arboles, ser arrancados de raíz, incluso ser arrastrado varios metros. Otros partidos por un rayo, con sus ramas quebradas y arrancadas.
Esto me lleva a pensar que estas importantes raíces hacen su mejor esfuerzo, pero no siempre es suficiente.
Y es allí donde una rama, un brote, con las mismas características comienza otra nueva vida.
Cuando sientas que tus raíces ya no te sostienen, que la tormenta es demasiado grande para seguir en pie, que te quiebras inevitablemente, elige de nuevo.
Sé el retoño que comience un nuevo árbol, ten el valor de tomar las riendas y dejar de culpar a las raíces por no sostenerte.
Si la tormenta te azota y te quiebra, déjate llevar por el viento, y comienza una nueva vida lejos, sin miedo, porque toda la información que necesitabas para seguir adelante ya esta en vos. No necesitas nada mas.
Agradece y honra esas raíces que durante muchos veranos te dieron sombra y abrigo. Que te permitieron crecer y ser consciente de tu potencial.
Es hora de comenzar una nueva vida, un nuevo árbol, que eche raíces en nueva tierra, con nueva savia. Que albergue otros nidos, que sienta un nuevo sol.
No tengas miedo de soltar, a veces ese quiebre, es nada mas que el anuncio de un nuevo comienzo.
Un gran abrazo
Rita.
