Hola, como estas?
Espero que estés tan bien como yo, o aún mejor.
Si recibís estas cartas, es porque seguramente, estés entre mis afectos de la vida.
Un famoso cantante dijo: «Yo quiero tener un millón de amigos». No creo que llegue al millón, pero sé que son muchos y muy buenos.
Y en estos días y mas que nunca, los extrañamos, NOS extrañamos. Esperamos el abrazo, el mate compartido, las charlas, las risas y los llantos.
Miramos a nuestro alrededor y nos damos cuenta lo afortunados que éramos con aquellos mates lavados, sentados en el césped a la sombra de algún árbol, en el Campo de la Gloria. Disfrutando de algún fulbito improvisado, una cerveceada a la luz de la luna, un asadito en la Casa del encuentro.
Amigos que son familia, que viven en nuestro corazón de la manera mas entrañable. Algunos que vemos siempre y otros que pasan años pero cuando nos encontramos, parece que no ha pasado ni un día.
Amigos del colegio, de la primaria o la secundaria que nos hermanan miles de historias compartidas, historias llenas de inocencia y afecto sincero.
Los del boliche de sábado por la noche, los cafés en el bar de la esquina o las medialunas de la panadería al volver.
Los que hemos criado juntos nuestros hijos (que hoy siguen juntos construyendo sus propias historias) y aun mas , nuestros nietos.
Los amigos del trabajo, del barrio, de la vida. Los que disfrutamos viajes compartidos, festejos y hasta casorios.
Y hoy son esos mismos amigos los que necesitan de nuestra oración, nuestra buena vibra, nuestra oreja virtual y saber simplemente que estamos.
Que seguimos estando aunque hoy no haya joda, ni asado, ni mateada. Pero el afecto sigue intacto.
Esos amigos que siempre han ocupado un lugar de privilegio en nuestro corazón y hoy necesitan de toda nuestra fuerza y apoyo para salir adelante.
Alguno porque están batallando con este virus, otros porque están deprimidos o estresados, algunos porque están tristes y otros simplemente porque necesitan el calor de la amistad para sentirse vivos.
Hoy mas que nunca quiero llegar a ese millón de amigos y decirles que el corazón no sabe de distancias ni de virus, el corazón solo conoce el amor y la mistad sincera.
A todos y a cada uno de mis entrañables amigos, quiero que sepan que aquí estoy , tan dispuesta como cuando salíamos de boliche o de asadito. Siempre para acompañarlos y ponerles el hombro.
Deseo en lo mas profundo de mi corazón que puedas sentir este calor virtual, el abrazo del alma que se hermana a la tuya.
Que guardes como yo cada uno de los momentos que hemos vivido juntos y los desempolves cada vez que necesites sonreír y sentirme cerca.
A ese millón de amigos que tengo esparcidos por la vida, quiero agradecerles por estar en mi historia, por ser parte de mi camino.
También quiero que sepas que no se con que estas batallando, pero yo estoy aquí de pie para acompañarte. Una vez , una amiga del alma me vio llorando , se sentó a mi lado y me dijo: «no se que te pasa y no quiero saberlo, solo quiero que sepas que estoy aquí, para rezar por vos y por lo que sea que te suceda.»
Esa frase siempre me lleno el alma. Hoy te la regalo a vos, si , a vos que estas leyendo esto.
La vida me hizo muy afortunada al contar con tantos y tan buenos amigos. Hoy algunos de ellos, no la están pasando bien. Te invito a unir nuestras buenas energías, para que entre todos, hagamos fuerza para salir adelante.
No seremos un millón , pero somos muchos.
Yo estoy ahí, al lado tuyo para acompañarte. Yo se que vos estás ahí para mi también.
Hagamos una gran cadena de amigos, de buenas vibras, de oración, o como quieran llamarle. Pero sumemos fuerzas para aquellos que las están perdiendo.
Gracias, gracias , gracias. Por ser parte de mi millón de amigos.
Como siempre, espero tu respuesta, y ruego a Dios que estas palabras lleguen a vos en el momento correcto.
Te quiero mucho
Rita